El primer poema nació en el mismo instante en que la primera mujer que habitó este planeta sonrió. Y la primera balada fue compuesta por el hombre que perdió a aquella mujer...
Cuando un te quiero no es suficiente, cuando se secan las lágrimas y nuestra sonrisa se suicida, cuando no nos alcanzan las palabras y la mirada se vuelve dura es cuando viene al rescate de nuestra alma rota una balada.
Por eso he querido hacer una hucha de besos en forma de canciones. Un banco donde ingresar melancolías, donde hacer transferencias de nostalgias y despedidas.
Te hemos guardado una hucha de besos por si necesitas suelto para pagar el peaje que la vida nos cobra por intentar ser feliz.
Te guardo un beso, por si lo quieres.
Sin ti tiritan de frío, los sueños de cada canción. Vamos a hundirnos que en las alturas viven las dudas.
viernes, 25 de julio de 2014
Love and Oz.
jueves, 17 de julio de 2014
.
Lyra se sentó despacio, y Will se sentó junto a ella.
-Ay, Will, ¿qué podemos hacer? -exclamó Lyra-. Quiero vivir siempre contigo. Quiero besarte y acostarme a tu lado y despertarme junto a ti cada día de mi vida, hasta que muera, dentro de muchos, muchísimos años. No quiero tener un recuerdo, un mero recuerdo...
-Yo tampoco quiero conformarme con recuerdos -dijo Will-. Lo que yo deseo es tu pelo, tu boca, tus brazos, tus ojos y tus manos. No sabía que era capaz de amar tanto a una persona. ¡Oh, Lyra, ojalá esta noche no terminara nunca! ¡Ojalá pudiéramos quedarnos aquí para siempre, y que la Tierra cesara de girar, y todo el mundo se sumiera en un sueño!
-¡Todos excepto nosotros! ¡Y que tú y yo pudiéramos vivir aquí eternamente, amándonos!
-Te amaré siempre, pase lo que pase. Hasta que muera y después de que muera, y cuando consiga salir de la tierra de los muertos mis átomos vagarán para siempre, hasta que vuelva a encontrarte...
-Yo te esperaré, Will, cada momento de mi vida. Y cuando volvamos a encontrarnos nos abrazaremos con tal fuerza que nada ni nadie podrá separarnos. Cada átomo de mi ser y cada átomo del tuyo... Viviremos en los pájaros, las flores, las libélulas, los pinos, las nubes y en esas motas de luz que flotan en los rayos de sol... Y cuando utilicen nuestros átomos para crear una nueva vida tendrán que tomar dos, uno tuyo y otro mío, porque estaremos unidos para siempre...
Se tendieron en el suelo, tomados de la mano, y contemplaron en firmamento.
-¿Recuerdas cuando entraste por primera vez en aquel café de Cittàgazze y nunca habías visto a un daimonion? -susurró Lyra.
-No sabía lo que era eso. Pero me gustaste en cuanto te vi, por lo valiente que eras.
-No, tú me gustaste antes que yo a ti.
-¡No es verdad! ¡Te peleaste conmigo!
-Bueno, sí -reconoció Lyra-, pero tú me atacaste.
-¡Mentira! Tú saliste como una furia y me atacaste a mí.
-Sí, pero me detuve enseguida.
-No hay peros que valgan -replicó Will con tono burlón.
Will notó que Lyra temblaba, y unos instantes después sintió que los delicados huesos de su espalda se movían de forma compulsiva y la oyó llorar quedamente. Will acarició su cálido pelo y sus tiernos hombros y la besó en la cara una y otra vez, hasta que por fin Lyra suspiró con un estremecimiento y se calmó.